Changing of the guards. París, 6-7-1978
Grabada entre el 25 y el 27 de abril de 1978 para el álbum Street Legal, Changing of the guards reunía todos los ingredientes (pese a una discutida producción del disco) para llegar a convertirse en el tema estelar del vinilo, y así sucedió. Su riffs pegadizo, su melodía fresca de ritmo abierto, el moderado acompañamiento de las coristas con el que rematan los versos dylanianos y la letra misteriosa que se esconde tras éstos, qué más se podía pedir. Pero meses antes, y con este nuevo sonido pululando en su mente, Dylan arranca en febrero su gira de 1978 con unos conciertos ansiados por el público, después de un año de sequía en la carretera (1977) y haber dejado un buen sabor de boca con la troupe de la Rolling Thunder Revue. Bajo un enfoque musical distinto a la Rolling, Dylan se presenta ante su público con una imagen desconocida (más propia de un showman que a la de trotamundos de la Revue) y con un repertorio de más de cincuenta canciones transformadas por miles de arreglos, una selección de estos temas serían grabados para el álbum en directo por Japón Bob Dylan at Budokan. Dylan llega a París el 6 de mayo y presenta la versión de Changing of the guards que más me agrada de cuantas le he escuchado de los conciertos de 1978, pues a partir de aquí ya no dispongo de referencias a propósito de esta canción en vivo. Pese a ello, otros artistas la han versionado, como es el caso de Frank Black & the Catholics, en una actuación el 25 de mayo de 1994, o la más reciente y espléndida de Patti Smith, en su álbum de covers Twelve.
Dieciséis años
dieciséis banderas unidas en el campo
donde están en duelo el buen pastor
hombres y mujeres desesperados, divididos
desplegando sus alas bajo las hojas que caen.
El destino llama
avancé desde las sombras hacia el mercado
mercaderes y ladorens, hambrientos de poder, mi último trato frustrado
ella huele tan dulce como las praderas donde nació
cuando mediaba el estío, junto a la torre
La luna cruel
el capitán asiste a los festejos
y envía su pensamientos a una doncella amada
con un rostro azabache más allá de lo escrutable
el capitán está triste, péro aún espera ver su amor correspondido
Raparon su cabeza
estaba desgarrada entre Jupiter y Apolo
llegó un mensajero con un ruiseñor negro
la vi en las escaleras y tuve que seguirla
seguirla tras la fuente donde alzaron su velo.
Tropecé con mis pies
cabalgué dejando atrás la destrucción de las trincheras
con las sutras frescas bajo un corazón tatuado
curas renegados y brujitas traicioneras
repartían las flores que te había regalado
El palacio de los espejos
donde se reflejan los soldados perro
el camino sin final y el gemir de las campanas
las estancias vacías que guardan su recuerdo
donde voces de ángel susurran a las almas de otros tiempos
Ella lo despierta
cuarenta y ocho horas después, al salir el sol
junto a las cadenas rotas, laurel silvestre y piedras rodantes
ella implora, quiere saber qué medidas tomará él
él l rechaza y ella se aferra a los dorados rizos del hombre
Caballeros, dijo él
no necesito vuestra organización, he lustrado vuestros zapatos
he movido vuestras montañas y marcado vuestras cartas
pero el Edén está ardiendo, o están dispuestos a la aniquilación
o sus corazones habrán de tener coraje para el cambio de guardia
Llegará la paz
sobre ruedas de fuego con calma y esplendor
pero no habrá recompensa cuando caigan sus falsos ídolos
y la muerte se rinda con su pálido espectro replegado
entre el rey la reina de espadas.
Escucha aquí la versión del concierto en París el 7 de mayo de 1978.
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